Francisco Merino, la
destreza de un pistolero
Uno de los diputados del partido que
propone una "ley seca", perdió los
estribos, por exceso de alcohol, y
desenfundó su arma. La historia es como
sacada de una película
- Oscar
Tenorio
- El Diario
de Hoy
El
diputado y ex vicepresidente de la
República Francisco Merino fue detenido
la madrugada del sábado por la
Policía, luego de que se enfrentara a
tiros con agentes e hiriera a una mujer
policía.
Visiblemente aturdido por el licor, Merino
desenfundó un arma y se enfrentó
con tres policías. Hirió a una,
pero no logró escapar, a pesar de
protagonizar un intento de fuga con sus
destrezas disminuidas por el alcohol.
En la fresca y agitada madrugada del
sábado, era uno más, con los
brazos hacia atrás y las muñecas
esposadas. Su facha infundía
lástima e indignación a los
policías que lo custodiaban.
Su fino traje azul, adornado con el escudo de
El Salvador en la solapa izquierda, estaba
sucio, debido a las caídas que tuvo
cuando lo capturaron. Su lustrosa y desarreglada
corbata celeste parecía una soga que
había cortado un esclavo que
pretendía escapar.
Su gesto era el mismo: con una mueca
congelada y una mirada extraviada,
parecía un león sedado con dardos
lanzados por furtivos cazadores. Apenas
controlaba sus movimientos torpes y el balbuceo
de las mismas frases, que eran como ecos que no
desaparecían, a pesar del descampado.
Aunque exigía el respeto a sus
derechos e inmunidad que le confiere su cargo
público, aseguraba no recordar nada de lo
sucedido en la oscuridad. Sin embargo, en los
libros de apuntes del Sistema de Emergencias 121
de la Policía están registrados
esos desquiciados minutos.
A las dos de la madrugada, recibieron una
llamada de un vigilante privado que estaba sobre
el final de la Calle República Federal de
Alemania, en la colonia Escalón. Se
quejó que un hombre a bordo de una
camioneta se detuvo y lo amenazó con un
arma.
Enterado, el operador del Sistema de
Emergencias informó a los policías
que cuidan esa zona. Cuando llegaron a la calle
avistaron la camioneta, por lo que comenzaron a
seguirla.
Intempestivamente,
la camioneta "del sospechoso" se detuvo a media
cuesta. Pistola en mano, se bajó y dio
unos cuantos pasos. Apuntó al
carropatrulla y comenzó a
dispararles.
"El carropatrulla se vino para atrás y
chocó contra ese poste. Por suerte el
motorista se agachó porque una de esas
balas iba directo para donde él. La
compañera salió con la peor
parte", recuerda unos de los primeros
policías que llegaron a auxiliar a los
atacados.
Con una herida de bala en el pecho, la
policía fue trasladada al Hospital
Médico Quirúrgico del Instituto
Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), en
donde fue intervenida de emergencia.
¡Manos arriba!
Cuando se sintió acorralado, Merino
tiró la pistola. Los policías
corrieron detrás de él, hasta que
lo sometieron y esposaron. Aunque lo
acompañaba un guardaespaldas, éste
no se involucró en el incidente.
Al llevarlo a la claridad, los
policías descubrieron que el detenido era
Francisco Merino, ex vicepresidente de la
República, ex presidente de la Corte de
Cuentas y actual diputado, jefe del grupo
legislativo del Partido de Conciliación
Nacional (PCN). Y posible presidente de ese
instituto político.
Por tratarse de un diputado que goza de
inmunidad, el tratamiento era muy delicado.
Durante largo rato, acusó a los
policías de haberlo secuestrado, ya que
se trataba de una conspiración de la
izquierda en su contra. "Ustedes no saben con
quién están tratando, mejor
respetemos las leyes".
El panorama se aclaró cuando
llegó unos de los abogados de la
Policía, quien aseguró que el
procedimiento de sus compañeros
había sido el correcto, según lo
establece el Artículo 290 del
Código Procesal Penal.
El paso a seguir era entregarlo al Presidente
del Congreso u a otro legislador, quienes
deberán seguir un proceso aparte. Dos
horas después de la balacera,
ningún parlamentario aparecía ni
respondía los llamados hechos.
Ya sin las esposas, Merino insistía en
que no le podían hacer nada y que mejor
lo fueran a dejar al edificio de la Asamblea
Legislativa. Desesperado, comenzó a
caminar, mientras un grupo de unos 15
policías lo seguía sin hacerle
nada. "¿Cuál es el problema, pues?
Mejor vámonos a pie hasta la Asamblea.
Síganme, igual que en las caminatas que
hacía Daniel Rucks".
Así caminó un par de cuadras y
se detuvo. Allí lo recogió su
colega Rafael Machuca, quien se lo llevó
para el edificio del Congreso. Aunque ya
controlaba mejor sus movimientos, aún
hablaba torpemente. El alcohol le había
jugado una mala pasada.
Una
conversación aturdida
¿Qué le pasó,
señor diputado?
"Tengo una hora de estar esposado.
Aquí sí que no se puede...".
¿Por qué lo
capturaron?
"No sé, no sé...".
¿Usted cometió algún
delito. Disparó contra los
policías?
"Nooooo..."
¿Qué hacía,
entonces?
"Por aquí pasaba. Ojalá que los
medios asistan independientes porque no me han
querido quitar las esposas. Si quieren matarme,
que me maten. Ellos están irrespetando
las leyes".
Usted conoce las leyes y mejor que nadie sabe
si las ha irrespetado.
Sí, pero es que los derechos
constitucionales... además me han
secuestrado. Ya le voy a llamar a (Manuel)
Melgar (diputado del FMLN) para que controle a
su gente (policías que consideraba eran
simpatizantes de partido de izquierda), porque
esto es algo preparado".
Señor diputado, está sucio y
tiene unos golpes. ¿Qué
pasó?
Me verguiaron, me verguiaron... y eso....
"Vámonos
a pie a la Asamblea"
Tras una carrera
de alta velocidad, Merino llegó al
recinto legislativo
Mujer
policía demandará a
legislador
Las autoridades
de Medicina Legal determinaron que la bala que
lesionó el hombro de la agente Flor de
María Meléndez es calibre 9mm, que
corresponde al arma decomisada