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Proyecto. Roberto Murray Meza y David Huezo, dos hombres de negocios
que impulsan la responsabilidad social como clave del desarrollo
empresarial. Foto: EDH/Jorge Reyes
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Muchas veces, el empresario incrementa sus
costos de capacitación para hacer más productivo al
trabajador
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Ciro Granados
El Diario de Hoy
nacional@elsalvador.com
Aunque suene a una especie de nueva moda en El Salvador, los orígenes
del concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se remontan a
la década de los años setenta. Roberto Murray Meza, con
su Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas),
es quizá el más notable abanderado del movimiento en nuestro
país.
Murray no está solo. Junto a otros colegas han logrado atraer más
adeptos a la nueva era de los negocios. No es para menos, muchos empresarios
salvadoreños se han dado cuenta de que la actitud de capataz, del
voraz hacedinero, del señor feudal, ha sido quebrada
por la visión del buen trato a los trabajadores, de la convivencia
sana con el ambiente y de la inversión en el recurso humano.
¿Por caridad? ¿Por trascendencia espiritual? No. Es porque
en el mundo actual los mercados son cada vez más inteligentes.
Es porque se percataron de que el éxito para penetrar en la decisión
de los consumidores no se reduce al buen empaque, al excelente sabor,
la presentación, la durabilidad o la habilidad en las campañas
publicitarias. Realizaron que esos mercados están compuestos por
los mismos trabajadores de las empresas, y que las empresas... o mejoran,
o mueren.
Esta semana, Fundemas y la Cámara Americana de Comercio (AmCham)
traerán a dos especialistas para realizar un cónclave con
empresarios. Los expertos son Robert Dunn, presidente de la directiva
de la Bussiness for Social Responsability (BSR), y Aron Cramer, presidente
ejecutivo de la misma entidad.
En una mediana sala del tercer piso del World Trade Center, Roberto Murray
Meza y el presidente de la AmCham, David Huezo, ofrecieron una perspectiva
sobre el concepto de responsabilidad. Y, de paso, llamaron al gobierno
para que se una a su esfuerzo.
Pregunta: ¿En palabras sencillas ¿qué significa el
concepto de RSE?
David Huezo (DH): Quiere decir es que la mejor manera de hacer negocios,
de manera rentable, es ser responsables ante los empleados, accionistas,
la sociedad y el gobierno. Eso se traduce en reducción de costos
y mejores resultados empresariales.
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Conciencia de que el trabajador debe tener mejor trato viene
desde hace tiempo.
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La responsabi-lidad social no es un imperativo
moral, sino estratégico
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Roberto Murray Meza (RMM): Es la asimilación de parte del empresariado
de integrar las necesidades, los requerimientos y los reclamos de la sociedad
como parte de la estrategia. Antes esto podía parecer una cosa
opcional, ahora pareciera un requisito sine qua non para ser competitivo
y rentable.
Un ejemplo: al analizar los TLC que tenemos o las exigencias del Banco
Interamericano de Desarrollo para dar el financiamiento, hay una serie
de requisitos en cuanto al medio ambiente, al trato a los trabajadores,
derechos humanos y la transparencia de informes financieros que se vuelven
prerrequisitos para obtener los beneficios del tratado, del crédito
o del respaldo de la institución.
P: Se habla de paradigmas, de cosas que cumplir. ¿Cuáles
son las políticas concretas que debe cumplir un empresario para
considerarse socialmente responsable?
RMM: Un empresario que en su visión pone como exigencia un determinado
trato a los trabajadores o que en sus políticas incorpora una determinada
actitud hacia el medio ambiente es un empresario socialmente responsable.
No es una persona que da un donativo a una institución benéfica,
ésa es una persona caritativa y filantrópica.
P: ¿Ustedes son empresarios socialmente responsables?
RMM: Eso es como que me digás que yo soy un hombre bueno; podemos
ser más o menos buenos, pretendemos ser socialmente responsables,
que nuestras empresas cada vez más cumplan con los prerrequisitos
de la sociedad y cada vez más se adelanten a esas exigencias. Desde
ese punto de vista, si nosotros estamos en empresas cuya visión
manifiesta exige ese tipo de prácticas, sí lo somos.
DH: El concepto de la RSE es como Internet, es un proceso que está
en evolución y significa diferentes cosas para cada uno. La respuesta
es que institucionalizar el tópico, en el día a día
de la empresa, es importante. Cada empresa lo adopta según su interés.
Hablando por la comunidad de empresas norteamericanas operando en el país,
y las salvadoreñas operando en Estados Unidos, sí.
P: ¿Cuándo se da cuenta el empresariado salvadoreño
de que es necesario cambiar de actitud? ¿Por coyuntura mundial?
¿Porque le comienzan a bajar las ventas frente a inversionistas
extranjeros?
RMM: Ha sido un proceso gradual que se ha ido articulando en una visión
mucho más efectiva. La conciencia ambiental viene desde hace 10
ó 15 años. La conciencia de que el trabajador debe tener
mejor trato del empresario viene desde hace más tiempo. Lo que
ha marcado la pauta es que intereses individuales o sectoriales ahora
se integran; antes tenías organizaciones que promovían intereses
ambientalistas, había otras que promovían los derechos humanos,
las que promovían la transparencia en la información al
consumidor y hacia el fisco. Ahora hay una especie de integración
de todas esas exigencia sociales que le plantean al empresario una nueva
y diferente forma de administrar la compañía.
P: Curiosamente, esas exigencias de la sociedad que usted menciona han
sido banderas de la izquierda política por tradición. ¿Es
acaso esta concienciación de los empresarios una manera de solidificar
en nuestro país la permanencia del sistema económico, robándole
o restando banderas a la izquierda política?
DH: No veo que esa sea la motivación. Puede ser una consecuencia.
Lo que pretendemos es poner este tópico a nivel nacional. Hay empresas
que lo han estado haciendo, pero ahora lo queremos extender, porque es
buen negocio. En este país necesitamos un arma de diferenciación
en el mundo globalizado para competir. Si da la coincidencia, es una labor
de colaboración. Esto no es sólo del empresario; tenemos
que trabajar todos hacia esta finalidad y, si nos une (con los planteamientos
de la izquierda), enhorabuena. En lugar de decir que les quitamos banderas,
digamos que más bien enarbolamos las mismas banderas, y ojalá
con un fin común.
P: ¿Enarbola la Amcham las mismas banderas que la izquierda salvadoreña?
DH: Lo que estoy diciendo es que queremos que se busque el progreso de
este país. ¿Cómo lo queremos hacer los empresarios?
A través de la libre empresa, la democracia. No es que estemos
enarbolando... ¿Porque quién dice que el aspecto laboral
es de izquierda? ¿quién dice que el medio ambiente es una
bandera de la izquierda? No es así.
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Sin el gobierno, no funciona esto. Tiene que ser copartícipe
en este esfuerzo nacional, porque el gobierno quiere generar empleo.
Si lo económico no va emparejado con el desarrollo social,
se va a tropezar
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RMM: Hay una paradoja muy interesante. Cuando la izquierda se opone a
la aprobación de los tratados de libre comercio con los Estados
Unidos, se opone precisamente a los protocolos más estrictos de
cumplimiento de normas laborales, ambientales, de transparencia, etcétera.
Entonces, a veces, como que es absurdo, como que se han cambiado los roles.
Pero lo que tú dices es obvio, ha habido una mayor congruencia
entre las visiones empresariales y las exigencias sociales.
P: ¿Mera coincidencia?
RMM: No, es un símbolo de cierta maduración y sofisticación
de la sociedad y de la forma en que el empresario atiende la demanda social.
El empresario no funciona si no logra satisfacer demandas. Las demandas
sociales se traducen en la escogencia de productos. Y en la medida en
que esos productos satisfagan a la sociedad por la forma en que están
hechos y que el componente de trabajo que lleven sea satisfactorio, serán
exitosos.
P: Tradicionalmente, la máxima de una empresa es crear utilidades.
¿En qué momento entra el concepto de responsabilidad social
dentro de esa lógica?
RMM: El propósito de una empresa no es maximizar utilidades, sino
maximizar valor. Valor para el consumidor, el accionista, el trabajador,
sin los cuales la empresa fracasa.
DH: Es miope buscar la maximización de utilidades a costa de la
sobrevivencia a largo plazo, de la permanencia y la preferencia en general,
no sólo del consumidor.
P: ¿Estamos en pañales o vamos avanzados en esto de la responsabilidad
social?
RMM: Estamos más adelantados que el resto de Centroamérica
y otros países latinoamericanos. No tan adelantados como deberíamos
estar, pero haciendo mucho progreso en el tiempo.
P: ¿Una empresa socialmente responsable gana más dinero
que una que no lo es?
RMM: Debería de, en el mediano o largo plazo; quizás en
el momento no, pero debería tener una rentabilidad más sostenible
y mayor.
P: ¿Existe una tendencia mundial de este concepto o se tropicaliza?
DH: Europa tiene su visión. Igual sucede con Estados Unidos. La
que nosotros adoptamos está más acoplada a la visión
de Estados Unidos.
Diferente nivel de avance
- Uno se pregunta cómo podemos tener las mismas exigencias
frente a los países más sofisticados. Obviamente estamos
en el mismo camino, pero en diferente nivel de avance. Aparte, los sectores
tienen diversas exigencias, afirma Murray.
-Las exigencias de la maquila son muy manifiestas y claras. Y tal
vez éstas no sean tantas en el sector agrícola, que es un
sector más primitivo y retrasado. Esto nos va a servir, porque
nuestra competencia más importante va a ser China cuando caigan
los aranceles norteamericanos, agrega.