La vida
de Muñoz Ferrada
Fallece controvertido
astrónomo chileno
Admirado por unos y menospreciado por
otros, un astrónomo y futurólogo
chileno, ligado a El Salvador, vivió
intensamente su pasión por lo arcano y
los misterios del universo
- Guadalupe
Hernández
- El Diario
de Hoy
La
última palabra que pronunció
Carlos Muñoz Ferrada, antes de morir fue
"Marina", el nombre de su amada hija residente
en El Salvador. El famoso astrónomo,
sismólogo y científico
autodidacta, falleció en octubre de 2001,
en la tranquilla Villa Alemana de Viña
del Mar en Chile, a los 92 años, a
raíz de una afección pulmonar.
Para Marina Muñoz, su padre era una
una verdadera leyenda. "Fue un hombre muy
adelantado para el siglo en que le tocó
vivir. Había tanto que aprender de
él, pero su conocimiento no siempre fue
justamente valorado".
Recuerda que su padre la inició en la
observación del universo al mostrarle las
estrellas y los cráteres de la luna
cuando ella tenía sólo dos
años.
Según su hija, Muñoz Ferrada se
perfiló desde pequeño como un
genio inquieto un niño preguntón
que muchas veces fue expulsado del salón
de clases porque no era comprendido por sus
maestros. Por ello, prefería la soledad.
A veces subía a las copas de los
árboles o se metía con una vela
bajo la cama para estudiar con tranquilidad.
Su centro de labores científicas
estaba en su propia casa, en donde
instaló un "bunker", en el que pasaba
noches enteras observando las estrellas con su
telescopio y estudiando sus libros de
física y astronomía.
El autodidacta dividía su tiempo entre
el observatorio y múltiples viajes por el
mundo, dictando conferencias.
Fue en una de sus travesías, en 1947,
que conoció en El Salvador, a su esposa
María Dolores Rivera Lino, originaria de
la Unión, con quien procreó cuatro
hijos, de los cuales sobreviven Marina,
Lucía y Carl.
Fama
Sus predicciones astronómicas y
geofísicas, lo hicieron famoso. Entre
estas figuran los anuncios del terremoto que
sacudió Chillán, en Chile, el 24
de enero de 1939, en el que murieron 40 mil
personas; del sismo del 1945 en Ligua y del
terremoto de 1985, en Chile.
También anunció la trayectoria
y las perturbaciones que sufriría el
Cometa Halley, al alterar su velocidad, cosa que
ocurrió cuando el Halley se
adelantó 36 horas en su tiempo orbital,
pasando a 85 millones de kilómetros del
Sol la distancia más corta en su
historia. También anticipó el 11
de junio de 1940, los efectos -todavía
por verse- que el Hercóbulus o "Planeta
Cometa", como él lo llamaba,
ejercería sobre el mundo.
Para explicar sus observaciones y
predicciones, Muñoz Ferrada
elaboró la teoría de la
Geodinámica, la cual se basaba en las
atracciones de los cuerpos celestes, en las
grandes explosiones en el sol y en los ciclos de
las perturbaciones geofísicas. Con este
método predijo terremotos, erupciones
volcánicas, alteraciones
climatológicas, descubrió nuevos
planetas y cometas, descifrando sus
trayectorias, y otras
características.
En 1967 visitó El Salvador para
realizar estudios de suelo. En ese entonces
advirtió a las autoridades del
país, que en San Salvador no se
podían construir edificios de más
de cinco niveles porque los terrenos son huecos,
pero nadie le creyó. En el terremoto de
1986, los expertos recordaron la advertencia del
astrónomo.
El Golfo de Fonseca
En 1948 publicó en Honduras, un breve
estudio sobre el Golfo de Fonseca, sus
orígenes y comportamiento de los volcanes
que lo circundan. De prosa ágil, a veces
atropellada, pero siempre imaginativa,
Muñoz Ferrada habla en ese libro de las
incursiones de piratas ingleses en la zona,
donde el corsario Francis Drake,
estableció una base en la Isla El Tigre;
mezcla datos de vulcanología con
cálculos astronómicos; integra
asimismo predicciones no siempre acertadas como
"el avance de Oriente sobre Occidente; que en
1975 comenzará la tercera guerra mundial
y durará hasta el 2000; en esa misma
época acabará el Papado y las
doctrinas se unirán en la
Filosofía de Cristo".
Destacan sus cálculos y reflexiones
sobre el comportamiento del lago de Ilopango:
"...el más serio, curioso y
extraño es el volcán que hay
debajo de la laguna de Ilopango. Se ven en sus
riberas los cambios de sus componentes, un
exceso de fango y azufre y que el nivel ha
subido más de cuatro metros en los
últimos 30 años, y sigue
subiendo".
Muñoz se pregunta:
"¿Estará pronto a producir un
estruendo gigante como el que hizo en
1880?".
Para quienes se inquieten por esta terrible
interrogante, Muñoz calculaba que el
ciclo eruptivo de este volcán
culminaría en 1950, con tremendas
explosiones, es decir dos años
después de la publicación de su
libro.
Con sus conocimientos científicos y
exuberante imaginación Muñoz
Ferrada se ganó la admiración de
muchos, pero también el rechazo e incluso
la burla de otros; sin embargo, los diarios
chilenos y otros medios en varios países,
dedicaron importantes espacios a la noticia del
fallecimiento de este singular personaje.
La trayectoria
Carlos Muñoz Ferrada
Nació en enero de 1909
1926-1929. Estudió en la Escuela
Náutica de Pilotines de la Marina de
Chile. En ese entonces los buques y el Mar
marcaron su vida.
En 1956 recibió el título de
primer piloto de la Marina Mercante de
Chile.
En 1970 pasó a ser miembro y profesor
del Colegio de capitanes y Pilotos de la Marina
Mercante.
También realizó estudios de
meteorología y astronomía en la
Universidad de Chile.
En Ferrocariles de Chile estudio
Ingeniería y Física.
En Francia curso estudios en la Sociedad
Astronómica de París y en la
Sociedad Geográfica de París.
También perteneció a la Sociedad
Astronómica de Dijón .
En Italia perteneció a la Sociedad
Astronómica de Milán.
Fue director del Observatorio
Astronómico de Panamá, durante
cinco años.